Por tercer año consecutivo, INSEAD, una de las más prestigiosas escuelas de negocio de Europa, ha publicado un ranking de innovación de 132 países. La tendencia habitual que todos tenemos, es mirar antes de nada quiénes son los primeros de la clase y luego, al comprobar que desgraciadamente no nos encontramos, ir bajando en la escala con el deseo de vernos lo antes posible.
Desgraciadamente para nuestro país, tenemos que descender hasta las más oscuras profundidades: aparecemos en un lamentable número 30. Pero claro, antes de haber tenido que bajar tan profundo, no se nos ha pasado desapercibido quién ocupa el primer lugar ¡Islandia!. Reacciones normales: » ¡pero si están casi quebrados como país! ¡pero si son poco más de 300.000 habitantes! ¿aparte de hielo y focas hay algo más allí? ¿me puedes decir cuáles son las grandes innovaciones islandesas? pero, pero, pero….
La metodología utilizada por INSEAD es claramente debatible y puede que algunos no estén muy de acuerdo con los resultados obtenidos, pero probablemente esos mismos no puedan aportar una mejor manera para poder medir el potencial innovador de un país.
El informe permite establecer un benchmark (comparación) normalizado entre 132 países, con distintas variables comparables y realiza una simple media aritmética entre todas ellas. Algunos considerarán que los outputs son más relevantes que los inputs o viceversa. Otros dirán que es mejor el tradicional método de ver la innovación sólo como porcentaje de I+D sobre PIB o patentes/publicaciones por cada millón de habitantes, etc. Otros opinarán, dsicutirán, debatirán…
Pues ahí es donde yo creo que debemos ir: a reflexionar, debatir, pensar y contribuir sobre el tema de la innovación en España que de forma indudable (esto sí que no es debatible) es la vía para la creación de una economía más sostenible, justa, creadora de riqueza y empleo.
La discusión de si Islandia es el primero o el último, la dejo para los que se preocupan por debatir lo anecdótico, lo trivial y lo que al final de ser debatido no aporta valor a ninguna de las dos partes. Me gustaría sinceramente ver más debates y acuerdos políticos sobre este tema, y no sobre otros muchos asuntos que escuchamos a nuestros políticos, que la mayoría de las veces no aportan valor ni a ellos ni a nosotros. Falta pasión política por la innovación. Falta trasladar pasiones por temas trasnochados hacia asuntos realmente relevantes. Este de la innovación es sin lugar a dudas uno de ellos. Leed el informe, apasionaros, discutid y avancemos entre todos en algo que sí es importante.
Por cierto, gracias INSEAD: por el informe, por compartirlo y por aportar/fomentar la discusión.
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